jueves, 14 de febrero de 2008

Universos sin control - 6º Capítulo

Schröder salió por la puerta principal. Rápidamente, estiró la mano. Una multitud de gente enfurecida se dirigió hacia el.

- ¡Mal nacido!
- Pan comido...

De la mano salieron rayos que empujaron a toda la multitud cincuenta metros para atrás. Schröder sonrió contento. No había perdido maestría con ello. Atravesó la puerta y observó la calle. Miles de campesinos luchaban contra los guardias, mientras cadáveres se pudrían en las aceras. La radio empezó a sonar...

- Mi señor, tenemos problemas en la Prisión.
- Voy para allá. He de matar a alguien...

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ** * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

- Bueno, ¿Subimos o qué? - comentó Barbarroja.
-Vamos... No tenemos nada que perder.

Los tres subieron por los escombros. Atravesaron la puesta de los baños, y llegaron a los pasillos, donde vieron que los presos estaban sueltos atacando a los carceleros.

- ¿Qué ha pasado? - Comentó Barbarroja.
- Schröder se ha hecho con el trono, y Vidar ha conseguido sacarnos - dijo un preso.
- ¿¿¿¿SCHRÖDER???? - dijeron Jhon y María a la vez.
- Esto se nos escapa de las manos más de lo lejos que ya estaba... -gritó Barbarroja. los gritos de los presos empezaron a aumentar- Ataquemos a los policías y busquemos a Vidar.

Barbarrjoa sacó un fusil de plasma, mientras María y Jhon sacaron ambas una katana, su arma favorita.

Rápidamente se introducieron entre el barullo de la gente, atacando a los policías. Barbarroja disparaba a desparpajo, mientras Jhon y María clavaban las espadas en los pies de los enemigos. Jhon disfrutaba con esto. "Al menos, es mas divertido que ir al instituto"; comentó. Clavó su espada en uno, en otro, en otro... En poco tiempo perdió la cuenta de ellos. La batalla de dentro se iba decidiendo por un bando...

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Schröder fue por la Avenida de la Libertad. Sonrió cuando lo leyó. La libertad había acabado para ellos. Él sería el unico mandamás. Ay, si les pillara...

Un grupo de gente del pueblo se acercó a el, armados con utensilios de cocina.

- ¡Viva el Rey, y abajo el Capitán!
- Blablabla... no sois mas que habladores chismosos...

Con la velocidad del rayo, agitó su mano, impulsando a todos los que le rodeaban hacia las paredes cercanas, sin parar de andar, orgulloso. Nadie podría pararle. Ni siquiera unos presos desmadrados podrían hacerle frente.

En cuestión de segundos, se apartó, mientras veía como rayos sónicos se dirigían a él. Algún imbecil, seguro. Devolvió los rayos al lugar de donde se dirigían. Oyó más gritos de terror, de sufrimiento, de dolor, de muerte. Esto alimentó sus venas.

Se sentía el diós del mundo. Y, tecnicamente, lo era de ese planeta.

Aceleró el paso hacia la prisión, mientras caían las primeras gotas de lluvia. Las nubes se arremolinaron alrededor de Capital.

Tando cádaver llenó el cielo de espíritus, que vagaban hasta encontrar su destino. La ciudad de Capital se oscureció en cuestión de minutos. Algunos edificios gurnamentales estaban siendo derrumbados. Capital se empezaba a parecer a Besthre, miles de muertos.

Llegó a la puerta de la prisión, mientras oía los gritos de prisioneros, y como algunos policías salían volando por las ventanas.

- Vidar... tú eres el que debe ser ejecutado...

Sintió de golpe como dos almas conocidas estaban allí dentro. Los fugitivos... no tendría piedad con ellos. Derrumbó la puerta acorazada, y empujó a varios presos para atrás. "Ante todo, entrada magistral", dijo, riendo su ocurrencia.

Barbarroja se acercó, y vio a Schröder. Rápidemente, salió corriendo. Empezó a buscar a Jhon y María.

Jhon y María seguían con katanas en la mano, matando a policias, conjuntamente. Poco a poco, desde el primer momento que se vieron, sabían que estaban hechos el uno para el otro.
Ambos observaron desde su angulo de vista la puerta principal, y vieron como el capitán entraba en la prisión.

- María...
- Deberíamos de huir...
- Si no encontramos a Vidar, poco podremos hacer, tal y como dijo Barbarroja...
- Si nos encuentra Schröder, perdemos toda oportunidad...
- Cierto... Salgamos a las alcantarillas.

Ambos salieron a toda prisa hacia el cuarto de baño, reventado. A medio camino se encontraron con Barbarroja.

- Schröder... Schröder... esta... aqui...
- Ya lo sabemos. Deberíamos de huir.
- No tan rápido, amigos - dijo una voz familiar.

Schröder se había situado delante de ellos. Rápidamente, Barbarroja lo esquivó y se fué a la base. Cuando Jhon y María lo intentaron, el siempre se ponía en medio.

- Seamos amigos... ¿Por qué intentais huir? ¿Acaso porque destrozé vuestros universos?
- ¿Qué? ¿Los destrozastes? - se asombraron con miedo.
- Pues claro... ¿De qué me servía un universo sin vida inteligente?
- Mal... malnacido... me has quitado todo... ¿toda mi vida? - dijo María, cabizbaja.
- Creo que, si con "todo" te refieres a unos amigos de mierda, una madre que fastidia, un padre desaparecido y unos edificios malolientes, sí, si que lo he hecho.

María cogió sus katanas y avanzó en dirección a Schröder.

- Veo que prefieres el lado dificil... - comentó Schröder.

María levantó sus katanas y aceleró, apuntandolas a el corazón. Schröder, rápidamente, levantó la mano y la apuntó hacia María. En el mismo momento en el que las Katanas de María hacían contacto con la piel de Schröder, Schröder expulsó rayos en dirección a María. Ella cayó al suelo, haciendo el mismo ruido de una piedra.

- ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!! - gritó Jhon.
- No quisiste ser mi amiga, Serás mi enemiga.

El cuerpo permaneció, inerte, inmovil, en el suelo. Jhon se arrodilló ante ella.

No hay comentarios: