Universos sin Control - 5º Parte

- Sí, señor... ¿No piensa usted que se está haciendo viejo? Creo que irá siendo hora de que deje... ¡El trono!

Schröder le clava un puñal al corazón del rey. Este cae al suelo, inmovil. En ese instante, los soldados del Capitán empiezan a matar a los Guardias Reales, quienes intentan salvar al Rey. En cuestión de minutos toda la sala se llena de sangre y cadáveres. Solo falta extender la buena nueva al mundo, para que empieza la verdadera guerra.

- Aprovechemos el mensaje real... esto se va a llenar de fuego... mucho fuego... jejejeje...

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- Según el plano, el punto más debil de la prisión es este, la parte de los baños. Lo mejór será acercarnos por la noche y destruir una de las cañerías. Aunque será dificil.. Tete no esta aquí, esta en la cárcel...
- ¿Tete? - Preguntó Jhon.
- Tete Cohete. Ese nos fabrica un explosivo decente con una cáscara de plátano y un muñeco de playmobil, asi que...
- Mejor alejarse si ese está cerca...
- No, mejor alejarse del enano... ¡¡¡CUIDADO!!!

De repente, un hacha roza la cabeza de Jhon y se clava en la pared. Detrás de Jhon, el enano aguanta el mango del hacha, apuntando hacia una diana en sentido contrario.

- Bufff... es culpa de nuestras maldiciones... - Comentó Barbarroja.
- ¿Maldiciones?
- Todos tenemos una. El enano ya no sabe manejar el hacha, el vampiro pierde sus dientes, el angel, sus plumas, yo no puedo ni ver el agua... Nos está merecido por combatir contra el Rey.
- ¿Os las puso el Rey?
- No. Nos las puso el capitán Schröder.
- ¿Schröder?
- Os intentó asesinar en Besthre.
- Ah, si, es verdad...
- Bien, prosigamos con el plano. Mejor sería hacer una doble entrada... Una distracción por la puerta mientras unos explotan los lavabos.
- Si hay cadáveres, me apunto - dijo Alucard.
- No. Tu te apuntas, luego sabremos si hay cadáveres.
- Jouuu... mejor, jejeje... -Alucard puso la cara malévola- ¿Puedo tener una legión de vampiros? Los soldados del gobierno son muy majos...
- Bien, me parece bien. Más para nuestro bando.
- ¿Entonces, qué hacemos? - Prerguntó María.
- Facil. Armarnos y marcharnos. Alucard, Glunch, atacaréis por la puerta. Llevaros a Gabriel, de paso. Hace tiempo que no le da el sol. Jhon, María, Presste, nos vamos a las cloacas. Coged bombas... muchas bombas.

Barbarroja, Presste, Jhon y María marcharon a la sala de Armas. Cogieron cada uno unas pistolas, bombas, fusiles-láser y cargadores.

- No creo que vaya a matar a gente... - Dijo Jhon.
- Ni yo... pero si no no volveremos a nuestros planetas. - contestó María.
- ¿Ya estais? Entonces... ¡¡A los labavos!

Marcharon rápidamente a la zona. Al llegar pusieron suficientes bombas como para tirar el techo abajo.

- ¡¡A cubierto!!

La explosión se cargó la cañería, y derrumbó una buena parte de la prisión, habiendo los primeros heridos.

- ¡Empieza lo bueno!

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Schröder se asomó al balcón. Estaba preparado para el discurso. Debajo de él, miles de personas esperaban al rey.

- ¡¡¡Queridos conciudadanos!! El rey está indispuesto, y me ha dejado permiso para gobernaros.

De repente, se oye un grito en la plaza:

- ¡Ha matado a soldados del rey! ¡Seguro que también al rey!
- Nono... bueno... en realidad Sí. He matado a vuestro rey. Pero mis soldados se encargará de enseñaros quién manda ahora.
- ¡Muerte a Schröder!- Se escucho desde abajo el griterío de la gente.
- Bueno, vosotros sabréis. Chicos... a robar.

Detrás de Schröder aparecen soldados que empiezan a disparar al pueblo. Mientras, otros de abajo hacen lo mismo y recogen el dinero que cae al suelo. El público se harta y empieza a golpear a los soldados. Schröder, satisfecho, dijo:

- Me gústa esta primera guerra civil... espero que me entretenga.



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Este es corto, mañana, será muy largo, lo prometo. Por algo llega lo interesante....